POSICION DE E.R.N. CON
EL PHN
(por Valérie Valette)
22.05.02.
En el momento en que los políticos
europeos declaran que deben meterse de manera concreta en la vía
del desarrollo sostenible, el PHN se presenta como una aberración
en completa contradicción con ese discurso. Los progresos científicos
y la experiencia humana valorizan cada vez más la importancia
de los ecosistemas fluviales y de las zonas húmedas y ponen en
evidencia la complejidad de los impactos de las actividades humanas
sobre la preservación de esos medios de los que dependemos más
de lo que creemos.
Por solidaridad con las generaciones futuras, debemos preservar el equilibrio
natural que nos queda y dejar que los ríos continúen prestando
numerosos servicios a través del ciclo del agua : laminación
de las crecidas, fertilización, conservación de la biodiversidad,
pero también depuración natural del agua dulce y rellenado
de los acuíferos. Unos ríos gozando de buena salud son
las únicas garantías de un abastecimiento renovable de
agua potable, tanto en cantidad como en calidad.
Existen soluciones alternativas para dar respuesta a la búsqueda
sin freno de energía y riego de la humanidad. Soluciones técnicas,
pero también soluciones que pasan por el ahorro y el fin del
despilfarro, por la gestión de una demanda razonada y no por
una oferta exponencial, que no tiene en cuenta las consecuencias económicas,
sociales, culturales y aún menos ecológicas, a medio y
largo plazo.
La fundación por una Nueva Cultura del Agua, animada por numerosos
científicos y universitarios españoles trabaja para promover
esta nueva visión de la gestión del agua y para darle
una dimensión europea. A eso se añade un movimiento de
movilización civil español sin precedentes en la
historia de la ecología.
El PHN ofrece siempre más agua para la urbanización turística
del Arco Mediterráneo, para el cultivo del maíz en las
mesetas semiáridas de Castilla La Mancha, para la agricultura
hiperintensiva de Murcia y Andalucía. Son los intereses privados
quienes se beneficiarán de esta catástrofe anunciada.
El intéres general no queda nada claro en la justificación
del PHN. El consumo de las poblaciones representa una parte no significativa
de la futura distribución de agua. Los intereses privados dominan
y reclaman subvenciones públicas europeas para obtener esta agua
a un coste muy barato.
La lucha contra el PHN también es importante para el futuro de
los ríos en la Europa del Sur. Si este proyecto se realiza en
España, otros se iniciarán en Europa. Ideas de proyectos
similares en Italia, Turquía o Grecia demuestran que la lógica
del desarrollo sostenible está lejos de ser asimilada y que los
ríos, para muchos responsables políticos, son simples
tubos de agua que se pueden desplazar como un juego de mecano.
La lucha contra el PHN, por su amplitud y su determinación es
del todo excepcional y ejemplar. Es también emblemática
de una nueva conciencia de los ciudadanos que estrechan los lazos que
los unen a los ríos, tanto en sus intereses económicos
(pesca, riego,...) como en sus intereses culturales y
afectivos (ocio, tradiciones,...).
Ello, pues, puede ser el principio de una reconciliación entre
los seres humanos y la naturaleza. Por todas estas razones, ERN apoya
y participa en la lucha de los ciudadanos y de las asociaciones españolas,
catalanas, aragoneses, andalucistas y de las Islas Baleares contra el
PHN.