EL PLAN HYDROLOGICO NACIONAL ESPAÑOL
Las necesidades
in agua de la Cataluña y de la zona urbana de Barcelona, |
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La
situación en Cuencas Internas de Cataluña-
área metropolitana de Barcelona Con l'amable
autorisacion del Profesor Pedro ARROJO Como es sabido, el PHN establece la necesidad de compensar una perspectiva de déficit en las Cuencas Internas de Cataluña, y más específicamente en el área metropolitana de Barcelona, mediante un trasvase de 180 hm3/año de aguas desde el Bajo Ebro. El PHN descarta otras dos opciones de trasvase, la del Segre y la del Ródano por considerarlas menos adecuadas desde el punto de vista económico. En este apartado vamos a analizar la situación del suministro de aguas al área metropolitana de Barcelona en el contexto de las Cuencas Internas de Cataluña, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también cualitativo, cuestión que no aborda seriamente la EAE presentada. En este sentido integraremos los problemas de calidad en el contexto ambiental revisando el estado ecológico general de la red fluvial de la Cuencas Internas de Cataluña desde la que se abastecen los usos servidos en el área metropolitana de Barcelona. Posteriormente se plantearán diversas opciones estratégicas, algunas de las cuales ni siquiera han sido consideradas por el EAE, para finalmente valorarlas adecuadamente. 1 Antecedentes históricos en la planificación Ya en 1973, desde el Ministerio de Obras Públicas, se planteó el proyecto de trasvase "Ebro-Pirineo-Oriental", basado en un diagnóstico que establecía la "urgente necesidad" de transferir 1400 hm3/año desde el Ebro hacia Barcelona, con el fin de evitar la quiebra de la economía indutrial catalana que tendría lugar a principios de los 80, de no llevarse a cabo el trasvase. El trasvase no llegó a relizarse, y sin embargo la economía catalana sigue gozando de una buena salud, veinte años despues de la pretendida catástrofe. En 1980, el consumo de agua del área metropolitana de Barcelona se estimaba en 514 hm3/año (según el "Marc per al Pla d'aigües de Catalunya" ). A mediados de los 80 las previsiones para las Cuencas Internas de Cataluña en su conjunto ofrecían los consumos referenciados en el cuadro 11. En 1995 se constataba que las previsiones anteriores habían sido sobreestimadas, y se pasaba a revisar las previsiones. En esta ocasión las demandas para 1998 eran de 756 hm3/año, es decir un incremento desde 1988 inferior en un 63% a la previsión de crecimiento que se había hecho. A pesar de constatar el inflado de las previsiones anteriores, las nuevas no cambiaron la tónica, chocando con los datos constatados hoy en la práctica. Las previsiones que sustentan los proyectos de trasvases previstos en el PHN se siguen basando en esta tradicional metodología de estimar demandas futuras, desde estrategias de oferta que sesgan sistemáticamente al alza las previsiones. .2 Las previsiones actuales Las previsiones de ATLL (Aguas del Ter y Llobregat) respecto al área metropolitana de Barcelona prevén un déficit del orden de 350 hm3/año para el 2025. Tales déficits (un 65% del consumo actual) se generarían como consecuencia de los siguientes factores: a) crecimiento de población
del 11% En base a este escenario, ATLL
prevé la evolución resumida en el cuadro 13 . Valorando
la situación actual, a nuestro entender, sería justo afirmar
que se está llegando al límite de sostenibilidad hidrológica
en la zona. Dicho en otras palabras, si analizamos el deficiente estado
ecológico de los ríos (Prat et al - en prensa) y la degradación
de los acuíferos, sería insensato incrementar la presión
sobre los ecosistemas hídricos, tanto en términos cuantitativos
como cualitativos. En este sentido podríamos estar de acuerdo en parte con las valoraciones de ATLL y del PHN. Sin embargo, un diagnóstico no debe recoger una simple foto de los problemas, sino profundizar a través del análisis en las causas para determinar el por qué de esos problemas, y pasar a continuación a ofrecer soluciones. En definitiva podemos concluir que la tradicional estrategia "de oferta" nos ha llevado al límite de sostenibilidad. Es tiempo de reflexionar, no sólo sobre los sistemáticos errores de previsión de demandas a que nos ha conducido esa estrategia, sino sobre las consecuencias que puede tener abordar los problemas actuales desde las inercias de ese enfoque.
Como es sabido, la Directiva Marco exige gestionar la calidad de las aguas desde referencias no simplemente fisico-químicas, como se ha hecho tradicionalmente, sino también biológicas; y establece el objetivo de recuperar y conservar el buen estado ecológico de los ecosistemas fluviales. Un primer reto derivado de la nueva directiva en este sentido es conocer y medir el actual estado ecológico de nuestros ríos. Desde la Universidad de Barcelona y la Diputación Provincial se ha elaborado un índice de calidad que integra, por un lado la calidad biológica del ecosistema fluvial, en base a la catalogación de invertebrados (índice FBILL), y por otro el estado de las riberas (índice QBR). El cuadro 14 recoge los niveles de calidad establecidos. La evaluación de los
ríos de Cuencas Internas de Cataluña, en base a este índice
integrado Y sobre los datos muestreados en 81 puntos de los ríos
Llobregat, Besós, Foix y Tordera, ofrecen el balance que se presenta
en el cuadro 15. 4 Un diagnóstico realista de la situación Para establecer un diagnóstico serio es preciso, por un lado, analizar de una forma más realista las expectativas de futuro, desterrando los sesgos interesados de sobredimensionamiento que, como hemos visto, se suelen producir. Pero aún así, si dejamos que las tendencias actuales se proyecten indefinidamente hacia el futuro, y seguimos instalados en la inercia de la planificación basada en generar más oferta, indudablemente las demandas superarán las capacidades de los ecosistemas y nos adentraremos indefectiblemente por la senda de la insostenibilidad. Afortunadamente, como dice el Profesor Tello, las tendencias no son un destino. La sostenibilidad socioambiental depende, entre otras cosas de la capacidad para contravenir democráticamente estas tendencias insostenibles. En este caso, en el área metropolitana de Barcelona estamos todavía en una fase en la que es posible reconducir esas tendencias, garantizando un abastecimiento de calidad adecuada a todos los tipos de usos y reduciendo al tiempo las presiones insostenibles sobre ríos y acuíferos. Las previsiones de ATLL estiman en casi 500.000 personas el crecimiento de la población en el área metropolitana (partiendo para colmo de datos de población en 1995 notablemente superiores a los reales: 4.435.000 frente a los 4.228.000 (Nel.lo et al-1998), según los datos publicados por la Diputación Provincial de Barcelona. Sin embargo los estudios realizados desde el Instituto de Estudios Demográficos demuestran una situación caracterizada como de estancamiento regresivo (Cabré et al 1997). Según estos detallados y bien documentados estudios, en el área de Barcelona de aquí al 2010, la perspectiva más probable sería la de la estabilidad demográfica, estimándose el crecimiento en 150.000 habitantes más, a lo sumo, en un escenario improbable. En esa misma línea se mueven las previsiones del Libro Blanco (MIMAM-1998), publicadas por el propio Ministerio de Medio Ambiente, que estiman incluso un receso poblacional leve en el área de Barcelona. Sin embargo, esta previsión exagerada de población de ATLL, tan sólo explicaría el 38% del crecimiento de la demanda presentada, y posteriormente asumida tanto en el PHN como en su EAE. El 62% del crecimiento previsto se debería a un aumento de las demandas por habitante. La previsión de ATLL es que las dotaciones globales se incrementen de 308 litros/hab/día a 361 litros/hab/dia en el 2025 (ATLL-1999). Es decir se asume un crecimiento de dotaciones por habitante del 17%. Si comparamos estas previsiones
de futuro con la evolución real de los consumos facturados de agua
en Barcelona de 1991 a 1996, nos encontramos que éstas han descendido
de 230 litros/hab/dia a 210 litros/hab/dia. Contando con las pérdidas
en red estimadas entre el 20% y el 24%, la demanda total de agua en la
capital se sitúa en unos 255 litros/hab/dia. Análogas cifras (incluso menores)se constatan en la mayoría de los 32 municipios del área metropolitana. No parece por tanto razonable que el futuro se diseñe elevando las dotaciones, al menos en lo que se refiere a la ciudad compacta que representan Barcelona y estos municipios. 5 El modelo de desarrollo urbanístico La estructura urbanística del área metropolitana se puede estructurar en tres zonas, atendiendo al tipo y nivel de consumos por habitante: a) el núcleo central, constituido por Barcelona con 135 l/hab/dia en usos domésticos y unos 210 en consumo urbano, que darían unos 255 en dotación global, contando con las pérdidas en red. b) el primer anillo, formado por un conjunto de municipios con menor renta per cápita y cuyos consumos domésticos son aún menores, situándose en torno a 115 l/hab/dia; c) el segundo anillo en el
que se sitúan municipios donde se concentran las rentas medias
más altas y una densidad urbana menor; aquí los consumos
se disparan por encima de 300 l/hab/dia para usos domésticos, llegando
a cantidades globales del orden de 500 l/hab/dia, contabilizando. En los últimos veinte años, 300.000 personas han desplazado su residencia del núcleo de Barcelona hacia las zonas periféricas del área metropolitana. En la mayoría de los casos se ha tratado de gente joven recién emancipada que ha buscado casa en lugares donde los precios del suelo y la vivienda eran más asequibles; en otros casos, sectores más acomodados han buscado residencias más espaciosas de carácter unifamiliar en esa periferia. El resultado ha sido doble: el aumento de residencias, pero con menor número de personas por vivienda, y por otro la expansión de zonas residenciales dispersas con altos consumo per cápita. Dos factores demográficos se han conjugado en estos años para alimentar este fenómeno: por un lado el notable incremento de la esperanza de vida que ha prolongado la ocupación de viviendas por parte de personas mayores, y por otro lado el acceso a edades de emancipación de las numerosas generaciones del famoso "baby boom". La convergencia de estos elementos, junto a una falta de criterios urbanísticos y la dominancia de intereses especulativos, han alimentado un fenómeno de explosión de la ciudad compacta mediterránea hacia un modelo disperso que tiende a aumentar las demandas de agua. 6 Gobernar las tendencias hacia un urbanismo sostenible Como hemos dicho, las tendencias de hoy no tienen por qué marcar inapelablemente el futuro. En primer lugar porque las tendencias se producen bajo el empuje de fenómensos que pueden ser coyunturales, y en segundo lugar porque es posible condicionar y gobernar muchos de los factores que influyen en la evolución de las demandas (gestión de la demanda). En lo que se refiere a las tendencias de desplazamiento de población hacia la periferia del área metropolitana de Barcelona, es previsible un giro (Nel.lo et al -1998), dando paso a otras circunstancias demográficas bien diferentes. En estas condiciones se puede inducir un fenómeno de "implosión demográfica" (Wallace-2000). En todo caso, como señalábamos antes, las tendencias no son destinos, y en este sentido la clave no está sólo en estudiar por donde van, o irán, esas tendencias, sino en diseñar como inducir comportamientos sociales coherentes con perspectivas de sostenibilidad y como moderar o disuadir los que sean contradictorios con esas perspectivas. En este caso se debe decidir qué interesa más: fomentar el modelo mediterráneo de ciudad compacta o el modelo de ciudad dispersa. Obviamente, tanto desde el punto de vista de la gestión de aguas, como de los servicios urbanos en general, la opción estratégica de fomentar la ciudad compacta es clave para poder diseñar un futuro de sostenibilidad en Barcelona. En este sentido es fundamental desarrollar medidas de control de la especulación sobre el suelo y de recuperación de los cascos urbanos. Pero se trata también de elaborar nuevas normativas para la construcción de nuevas viviendas, tanto en los aspectos básicos urbanísticos (nivel de compacidad etc...) como en lo referente al agua (recogida y aprovechamiento de aguas de lluvia, doble red, tipo de elementos de fontanería ahorradora etc...), poniendo en marcha una adecuada política tarifaria que cargue y tienda a disuadir los usos suntuarios. En definitiva, se trata de poner en marcha una política activa de gestión y racionalización de la demanda cuyo objetivo sea, como propone en sus trabajos el Profesor Tello: que el segundo anillo del área metropolitana converja en consumos de agua con las dotaciones de Barcelona (Tello-2001). En el cuadro 17 se presenta el contraste entre las previsiones de ATLL, cuyo escenario de futuro pasa justamente por exacerbar la explosión hacia la ciudad dispersa, con el correspondiente disparo de consumos en la periferia, y la perspectiva de esa otra opción estratégica que se viene defendiendo desde los movimientos en pro de la Nueva Cultura del Agua. Nótese que en el cuadro 17 se han asumido las exageradas previsiones de crecimiento demográfico de ATLL. Si consideramos el escenario del máximo (e improbable) crecimiento demográfico previsto en los trabajos del Instituto de Estadística de Cataluña, la demanda total de la opción alternativa supondría 46 hm3 menos, lo que la situaría en 403,5 hm3/año, dando un margen de casi 100 hm3 respecto al consumo actual de 500 hm3, como límite de sostenibilidad. 7 Las potencialidades del ahorro y la eficiencia desde un nuevo enfoque de gestión sostenible Sin ánimo de ser exhaustivos, en este apartado ofrecemos una referencia de hasta donde pueden llegar las políticas de ahorro y gestión sostenible en base a los propios recursos del territorio, que, si bien suelen ser mencionadas por la Administración o las empresas de gestión de aguas, acaban siendo marginadas o desechadas sin argumentaciones convincentes. Resumiremos en siete puntos las claves y criterios que entendemos deberían ser activadas, reflejando en el cuadro 18 los resultados esperables, en contraste con las previsiones de ATLL, que son la referencia desde las que se ha construido el diagnóstico y las alternativas del PHN . 1- Explotación sostenible de los acuíferos: aceptaremos una disminución del nivel de extracciones desde los 173 hm3/año a los 92 hm3/año, tal y como propone ATLL, aunque señalamos la necesidad de un estudio al respecto independiente de las empresas con intereses comprometidos en la cuestión. 2- Ahorro en usos industriales: asumiremos también las estimaciones de ATLL que evalúa estos ahorros viables en 20 hm3/año, lo que supone un 13% de las demandas actuales. 3- Ahorro doméstico: tomando de nuevo la referencia de la documentación de ATLL, la propia empresa, estudiando el caso de Madrid, estima que en el área metropolitana de Barcelona se podrían ahorrar 62 hm3/año, aunque luego desecha tal objetivo por considerar muy complicada su consecución. Desde nuestro punto de vista, asumir una perspectiva de dotación de 250 l/habitante/dia, no sólo no es inviable desde las referencias de ciudades modélicas a nivel internacional, sino que el propio municipio de Barcelona funciona con esa dotación; y ello habiendo no pocas cosas que mejorar. En nuestra opción sostenible, por tanto, tomaremos esta dotación como referencia objetivo de ahorro. 4- Cuestiones relacionadas con la calidad: no asumiremos la propuesta de ATLL de eliminar la potabilizadora del Baix Llobregat por la salinidad de las aguas. Por contra proponemos estrategias para mejorar la calidad de estas aguas. Por ejemplo, controlando los aportes de la riera del Fusteret en Suria y otros aportes salinizados, como de hecho ha propuesto ya Aguas de Barcelona-AGBAR, se podría disminuir la salinidad a la mitad por un coste realtivamente económico. En todo caso, in extremis, no olvidemos (ver apartado relativo a la desalación y sus costes) que pueden desalarse aguas salobres a costes en torno a las 30 pts/m3. Mantenemos por tanto los 100 hm3/año en el Baix Llobregat en nuestro balance desde una estrategia de sostenibilidad. 5- Caudales ambientales de conservación del Estado Ecológico: conseguir los caudales adecuados en los ríos Ter y Llobregat (entre otros) tiene una de sus claves esenciales en las minicentrales. Si se hiciera respetar a estas minicentrales el caudal mínimo de 3 m3/seg previsto en la legislación para el bajo Ter, el estado ecológico sería aceptable. En el caso del Llobregat, debería usarse el agua de la depuradora del Prat como caudal ecológico para el último tramo desde Sant-Boi. Con estas medidas no sería preciso considerar recursos adicionales en nuestro balance para este objetivo. 6- Previsiones de población: como hemos argumentado anteriormente, las expectativas más fundadas proyectan un futuro de estabilidad demográfica. No obstante, tomando la referencia del escenario de máximo crecimiento de la Agencia de Estadística de Cataluña, asumiremos en nuestro balance un crecimiento hasta los 4.600.000 habitantes. 7- Reutilización: ATLL estima su potencialidad en un máximo de 34 hm3/año; sin embargo, la Junta de Saneamiento en su memoria de 1998 (Junta de Sanejament-1998) propone la reutilización de 283 hm3/año. Es de notar que simplemente usando aguas reutilizada para los servicios municipales se ahorrarían 37 hm3. Tomaremos en nuestro balance esta cantidad, desde la clara conciencia de que este capítulo puede, y tal vez deba, ser notablemente mayor.
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